El mundo educativo se enfrenta continuamente a retos para fomentar el aprendizaje. Desde hace algún tiempo, los dispositivos electrónicos están tomando un papel predominante. Sin embargo, existen alternativas que implican al alumnado de una forma más directa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Te invitamos a conocer que es un lapbook y cómo este recurso didáctico es una ayuda inestimable a la hora de presentar la información en el aula. Sus posibilidades para transformar el aprendizaje, siempre desde un punto de vista práctico y divertido, son lo que hace que su popularidad vaya en aumento.
El aprendizaje se basa en la asimilación de contenidos y conocimientos; por tanto, la creatividad juega un papel importantísimo en este proceso. Ahí es donde nace el lapbook como herramienta de enseñanza. De hecho, los primeros pasos de esta herramienta no se dieron dentro de las aulas, sino que provinieron de progenitores que buscaban una manera diferente de reforzar los conocimientos ya adquiridos en el centro educativo, o bien, como una propuesta de padres y madres que educaban en casa.
Hacer un lapbook es sencillo y barato
Hablar de este concepto es hacerlo de una herramienta con un gran potencial que, sin embargo, es económica de realizar. La razón es muy sencilla, ya que los materiales se pueden encontrar en cualquier papelería, como cartulinas. Además, el lapbook puede personalizarse hasta un nivel máximo de detalle e incorporar otro tipo de elementos. De esta manera, tenemos a nuestra disposición un recurso muy valioso que, sin embargo, no supone prácticamente ninguna inversión para el bolsillo.
Los lapbooks solamente cuentan con ventajas
Quizá la principal ventaja de esta herramienta es que hace participar al alumno o al niño en la construcción de su propio aprendizaje. Aquí se convierte en algo activo, no en un recurso pasivo, como puede ser un libro de texto o consultar algo en Internet.
Involucrar a cualquier niño o niña en la construcción de su propio lapbook es algo que, de entrada, resulta muy motivador. Embarcarse en un proyecto de estas características no solo ayuda a asimilar los contenidos que se deseen reforzar o aprender, sino que también implica un trabajo de coordinación, diseño, búsqueda de información y presentación de los contenidos.
Un lapbook permite poner en marcha una multitud de mecanismos para llevarlo a cabo, lo que supone para el propio alumno o alumna un desarrollo muy amplio de habilidades. No solo aprenden a organizar la información, sino también a sintetizarla y darle el sentido que requiere. Este enfoque práctico refuerza la información, algo que, por ejemplo, es mucho más difícil de lograr con un libro de texto.
Quizás una de las ventajas más evidentes de los lapbooks es que es prácticamente imposible encontrar dos iguales. Las posibilidades son enormes, lo que fomenta la creatividad, y dentro de un mismo aula, cuando los alumnos desean presentar sus trabajos bajo este formato, podemos encontrar tantas opciones diferentes como alumnos, incluso cuando se trata de la misma temática. Además, para el alumno siempre supone una motivación añadida, embarcarse en un proyecto de estas características.
Esta herramienta educativa tiene un enorme potencial a la hora de facilitar la retención de la información. Esto es posible gracias a que si involucran gran cantidad de sentidos durante todo el proceso. Es evidente que se recuerda mejor todo lo que ha pasado por las manos de alumno, y el propio acto de organizar la información en este tipo de formato, hace que desde el primer momento ya se esté aprendiendo
Igualmente, son capaces de promover la autonomía en el aprendizaje, ya que en todo momento los estudiantes son capaces de asumir tareas como la de investigar, organizar, filtrar y presentar la información. Esto no solamente es válido durante el periodo académico, también proporciona las bases de una buena organización en la edad adulta.
Los lapbooks pueden desarrollarse sobre cualquier temática, independientemente que se trate de materias del ámbiro de las ciencias, lingüísticas o artísticas. Además, el profesorado puede utilizar este tipo de herramientas como una forma de evaluar el aprendizaje de una forma interactiva, y mucho menos tradicional. No cabe duda de que para un alumno supone una motivación añadida, saber que puede demostrar sus conocimientos gracias a un lapbook en vez de contestando preguntas en un examen escrito.
Un nuevo panorama de aprendizaje
El mundo educativo se enfrenta a multitud de retos, sobre todo el empuje de los medios digitales como forma de aprendizaje. Sin embargo, los lapbooks se perfilan como una propuesta cargada de ventajas en las que el alumnado es partícipe en todo momento del proceso de aprendizaje y de cómo mostrarlo tanto a sus compañeros como al profesorado. Una herramienta educativa que nos hace echar la vista atrás, pero que, sin embargo, es una de las más avanzadas para conseguir que los contenidos queden fijados y sean valiosos.